Abuso de la fuerza

El jueves 21 de abril por la noche, un nuevo caso de violencia institucional ocurrio en Villa 21.24, esta vez consecuencia de la militarización de los barrios impulsada por la Ministra de Seguridad. Entre grito y golpes, Eugenia Nogueira fue obligada a desvestirse, a la vista de todos los presentes, a metros de su lugar de trabajo.

A Eugenia la policía le decía que para que venía a la Villa a defender a los villeros, que ella no vivía en el barrio; que los de la villa la iban a matar a puñaladas. Asimismo, le hicieron saber que no solo sabían que trabajaba en la Casa de la Cultura de Barracas, sino que además estaban al tanto que era maestra y que militaba en el barrio de San Blas. De Nahuel, su compañero, también se refirieron que sabían quién era, donde trabajaba y militaba e incluso que medios de transporte utiliza.

Semejante despliegue de las fuerzas provoca la reacción de los vecinos, que empiezan a gritar que nos estaban golpeando, y solicitan que los dejen ir. Ante esto, las fuerzas de seguridad se repliegan y arman un cordón sobre la Av. Iriarte, “la cual debíamos cruzar para retornar a nuestro lugar de trabajo”. Al momento de hacerlo, los increpan, les gritan sindicalistas y los amenazan, advirtiéndoles que ya se iban a volver a encontrar en el barrio.

 

Eugenia Nogueira nos contó cómo el jueves 21 de abril por la noche, en villa 21.24 donde trabaja en dos talleres como docente, en la Casa de la Cultura de Barracas. Un grupo de efectivos de Prefectura abordo violentamente a 3 adolescentes para requisarlos, cuando Eugenia y su compañero se acercan, los efectivos se retiran y al hacerlo, los chicos querían enfrentarse con los efectivos, algo que es entendible por los maltratos que sufren a diario. Mientras hablan con los chicos intentando llevarlos a casa llegan 80 efectivos mas, resultado del operativo de militarización que se asentó desde hace un mes en la villa e incremento el personal de coerción disponible. Un policía de los que actuó en el despliegue, nominado Sosa, se refiere a los adolescentes diciendo que ahora se iban porque viene su mama a buscarlos pero que ya iban a tener oportunidad de encontrarse en el barrio. Cuando Eugenia y Nahuel escuchan esto, se sienten interpelados como militantes políticos, se dirigen a él y le dicen que esa no es forma de referirse. Otra policía, salvajemente salta al grito de “quien es esta mina”, los tira contra la pared y ordena que se desvistan. Quedando Eugenia desnuda, en corpiño ante los efectivos.

 

“Los chicos no pueden naturalizar esto, pibes de 16 años que son hostigados en su barrio”. Manifiesta Eugenia que se quiebra y llora. El 17 de mayo se realizara un festival en Iriarte y Luna, y pide que todos se acerquen, “no pudimos hacerlo en el Casa de la Cultura porque el director del PRO a cargo declaro que no puede asegurar la continuidad en los puestos de trabajo”.

El Grito del Sur entrevisto a un abogado del colectivo FIDELA que trabajan con causas de Violencia Institucional, como los casos de Kiki Lezcano y Cristian Blanco.

 

Entrevista a Martin Busso.

 

GritodelSur-¿Cuales son las principales herramientas con que contamos para actuar judicialmente en un caso de violencia institucional?

 

Matías- Históricamente la justica fue reticente a hacerse eco de este tipo de casos, desde la máxima hasta la mínima; es decir, desde una tortura en una comisaria, o desde un apremio ilegal como se suelen llamar, hasta casos graves como puede ser un homicidio, también llamado gatillo fácil. En este sentido la justica nacional tiene una tradición de ponderar el discurso de la autoridad.

Es decir que entre la alternativa de escuchar las versiones del caso entre la víctima y las fuerzas de seguridad, existe una tendencia en la justica nacional a optar por esta última. A esto se le suma que en muchos casos, por ejemplo los casos de gatillo fácil, las versiones de la policía suelen reforzarse con el discurso de los medios hegemónicos que instalan la idea de un enfrentamiento.

Por lo general lo que sucede es que en los casos de gatillo fácil la policía monta la escena de un posible enfrentamiento. Pero esa escena no solamente cuenta con la versión policial sino que cuenta con la versión mediática y también con la justicia.

 

La formación de los magistrados o funcionarios públicos que lleva a que lo primero es creerle a la policía, la fiscalía también, porque la fiscalía y la policía muchas veces trabajan con el mismo insumo. El empleado judicial no va a trabajar al territorio, o a un barrio a ver si hay testigos de lo que pasó, sino que por lo general toma de los testimonios que recolecta la policía, y la policía recolecta testimonios que les favorecen a ellos, o las medidas de prueba.

 

Los casos se terminan resolviendo no gracias a la justicia nacional sino por haber llegado a la justica internacional. Por ejemplo el caso de Riquelme y Witis; la policía disparó y mató en una persecución tras el robo de un banco en el cual se habían tomado rehenes, pero se quiso plantear una escena de supuesto enfrentamiento, cuando en la persecución empezaron a disparar y lo mataron a Riquelme que era el supuesto ladrón y también mataron a Mariano Witis que era el rehen que acompañaba. Y le plantaron un «fierro» en los dos lugares, tanto donde iba Riquelme como donde iba Witis, que ya se sabía que era un rehén y no un ladrón. Luego terminó en la corte interamericana porque acá la justicia creyó en la versión policial, de legítima defensa y argumentó que había existido un enfrentamiento.

 

También el caso Bulasio llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y recién ahí se pudo empezar a investigar seriamente para arribar al hecho de que no se trata de un enfrentamiento, se trato lisa y llanamente de una tortura y luego una desaparición.

 

Sin embargo creo que todo reposa en la organización. Los atajos fueron un gran aporte, la idea de territorializar la justicia y darle una pata de territorio a la fiscalía (que es la que tiene que defender, proteger y perseguir esos delítos). Obviamente todo esto también depende de recursos, que se destine presupuestos, etc.

 

Pero si me preguntas cuales son las principales herramientas? la organización, la visibilización. Hoy no pasa todo desapercibido gracias a eso. Y por lo menos ya está instalada la idea de que Violencia Institucional es delito, no es un policía que se zarpo y le pegó un tiro.

 

GdS-¿Qué significado le atribuís a que el 8 sea el Día Nacional de la lucha Contra la Violencia Institucional?

 

Matías- Creo que desde hace unos años, con la batalla de los 90s y con el aporte de organizaciones como Correpi y el Cels que se ocuparon del tema, se empezó a instalar esa idea de ponerle un nombre a la problemática que es Violencia Institucional. Y todos nos hacemos eco de que existe y prendemos la alarma. Así como está la cuestión que tiene que ver con la Violencia de Género, cuando le pones un título como Violencia Institucional ya estás reconociendo que no son abusos y excesos sino que son prácticas sistemáticas. Desde allí se empezó a hablar de casos de gatillo fácil y entonces la militancia, las organizaciones, los barrios, los vecinos cada vez que ven que muere un pibe producto de una bala policial no la naturalizan y ya se dice «bueno es otro más». No, dicen «esto es un caso de gatillo fácil». Los vecinos empiezan a hablar, las organizaciones se hacen eco y lo toman como reclamo democrático y hay abogados (pocos pero hay) que están en eso.

 

Así, la violencia institucional se empezó a reconocer y a ganar lugar en el Estado. Las madres del dolor tuvieron su momento de apogeo y fueron recibidas por el Estado. Se crearon organismos donde se investiga el tema, por ejemplo en el Ministerio de Justicia hay una procuraduría especifica del tema que es la PROCUVIN y un grupo de fiscales que se encargan específicamente de eso. La defensoría General también tiene un área de violencia institucional. Entonces de repente ves que podes acceder inclusive a un abogado o podes ir a hacer una denuncia a algo que no era la fiscalía que estaba prestada con la policía o tampoco a la policía misma (porque el otro lugar en el que tenías que hacer la denuncia si no es la fiscalía era la comisaría donde te habían torturado o te habían detenido ilegalmente o algo por el estilo).

 

 

Lo interesante de la comisión legislativa, de la campaña contra la violencia institucional y de la conmemoración del 8 de mayo, tiene que ver también con que el tema no sea tratado solo por expertos, investigadores o especialistas, sino que  se le pueda dar voz a las personas que sufrieron eso y que se transformaron luchadores, las madres de los hijos asesinados que agarraron la bandera, que son los grandes protagonistas, que tienen mucho para decir y mostrar, que hoy podríamos equiparar con el rol que en su momento ocuparon las madres de plaza de mayo. Algunos dicen que exagero con esta comparación, yo creo que no. Ellas son las que llevan las causas y luchan para visibilizar el tema. Y viéndolas actuar se puede aprender un montón de cosas, de cómo acompañar, como sentir, como pensar, el sensibilizarte. Esas cosas no las aprendí con un abogado penalista lo aprendí en su momento al lado de la madre de Kiki Lezcano.

 


Compartí

Comentarios

El Grito del Sur

El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.