Por Sebastián Furlong
Tras la muerte del legendario Eduardo Luis Duhalde en el año 2012, un joven que en aquel entonces tenía 37 años tomó la posta de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, una de las áreas claves que marcó un antes y un después a partir de la catarata de juicios a más de un centenar de genocidas por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar. Hijo de desaparecidos y fundador de la agrupación H.I.J.O.S. en Córdoba, Martín Fresneda ejerció su cargo entre mayo de 2012 y diciembre de 2015, logrando una continuidad histórica con los logros de su antecesor. Dueño de un bajo perfil, el último secretario de DDHH del kirchnerismo aceptó una entrevista con El Grito del Sur y tocó todos los temas: los intentos de cuestionar la cifra de 30 mil desaparecidos, la situación de la dirigente social Milagro Sala, las deudas pendientes en materia de derechos humanos durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández y, por último, se refirió al personaje más incómodo para el kirchnerismo: el recientemente detenido ex jefe del Ejército, César Milani.
Varios funcionarios de Cambiemos reinstalaron el debate sobre el número de desaparecidos en nuestro país, poniendo en duda la cantidad de 30 mil. ¿Qué opinas sobre esta vuelta de la «teoría de los dos demonios»?
Lo vi como una provocación, que hace tiempo intentaban llevar adelante pero ahora que detentan el poder del gobierno nacional lógicamente provocan a una sociedad y a una conquista que tiene que ver con el terreno de la disputa histórica sobre la memoria. Este gobierno intenta tensionar la historia y también provoca a las víctimas en cuanto a relacionarlas con los curros y con relatos vacíos. En realidad es un movimiento de Derechos Humanos que durante años y años llevó adelante políticas desde la sociedad civil y diseñó políticas de Estado que fueron aplicadas luego. Con tal de lesionar al gobierno anterior, Macri y sus funcionarios terminan castigando la historia de un pueblo.
¿Estas declaraciones de personajes como Gómez Centurión y Lopérfido son aisladas o representan un pensamiento general de las máximas autoridades del Ejecutivo?
De ninguna manera son aisladas. Este pensamiento es casi generalizado dentro del gobierno. Cuando a Macri una periodista extranjera le hizo un reportaje, habló de guerra nuevamente y usó conceptos muy propios de los que piensan como Gómez Centurión y Lopérfido. Creo que Mauricio Macri no tiene un estudio sobre lo que ha pasado en la historia argentina y tiene opiniones propias del sector al que pertenece, que siempre quiso reconciliación con la impunidad y siempre abonó a doctrinas como la de los dos demonios. Él no cree en los derechos humanos.
A más de 1 año de la asunción de Macri, ¿en qué situación se encuentra el avance de los juicios por delitos de lesa humanidad?
Yo noto que hubo pocas audiencias y que ha bajado la dinámica porque ya no existe un Ejecutivo empujando y poniendo a disposición todo lo que hace falta para allanar los obstáculos. No hay un compromiso por parte del Ejecutivo y esto genera lentitud judicial. Igualmente no creo que los juicios tengan la decisión de ser paralizados porque es un asunto de la Justicia y es un proceso que va a continuar inevitablemente, pero hoy se está dando sin planificación de audiencias y juicios. Hoy los procesos de llevar adelante los juicios de lesa humanidad no están necesariamente en riesgo, pero sí existen menos recursos de los que existían en otro tiempo.
Algunos sectores de la oposición al gobierno de Macri afirman que estamos ante la ausencia de un Estado de Derecho. Esta semana organismos de DDHH y el CELS expusieron frente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Milagro Sala continúa detenida. ¿Qué mirada tenés sobre este tema?
Cuando la sociedad civil acude a los organismos internacionales, es porque evidentemente no encontró una respuesta del propio Estado que mínimamente satisfaga el debido proceso y el acceso a la Justicia. Conozco muy bien el trabajo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y lo que ha sucedido con la Justicia de Jujuy y la situación de Milagro Sala es ostensiblemente injusto y por fuera de ley, violando todos los valores constitucionales respecto a la igualdad ante la ley. Creo que la CIDH va a tener que actuar porque me parece que existe una decisión de sortear la ley para construir un castigo ejemplificador contra Milagro Sala con el objetivo de amedrentar a una sociedad que ha construido un sentido de lucha por los derechos. Se ha pasado un límite y, al igual que con la política migratoria, estamos retrocediendo años en la historia argentina. Hablar de derechos humanos no es sólo Memoria, Verdad y Justicia, todo el tiempo están los desafíos a esas conquistas históricas que son simbólicas e inclusivas desde el punto de vista cultural.
¿Qué deudas quedaron pendientes en cuanto a políticas de Derechos Humanos durante el kirchnerismo?
Nos hubiera gustado avanzar más en cuanto a la investigación de las responsabilidades civiles durante la última dictadura, Se hizo un trabajo conjunto con las universidades, el programa Memoria, Verdad y Justicia y el CELS, hicimos todo lo posible pero no alcanzó. Hubo políticas que se llevaron adelante, pero muchas veces no logramos la inclusión plena. Por ejemplo, diseñamos muchas políticas de igualdad de género y de prevención de la violencia machista contra la mujer y vemos que continúa existiendo en esta sociedad un nivel muy alto de violencia. Nos faltó también tener una política mucho más fuerte en cuanto a la inclusión de las comunidades indígenas, a pesar de haber aplicado la ley 26160 y buscamos avanzar en el otorgamiento de propiedades comunitarias de la tierra. En el tema migratorio también hicimos mucho, pero faltó. La verdad es que dimos todo nuestro tiempo, compromiso y cuerpo, e hicimos todo lo que pudimos. Soy un agradecido a Néstor y Cristina por tener la posibilidad de estar en ese lugar tan importante de transformación. Hicimos todos los esfuerzos y nunca alcanza en la historia para reparar todas las injusticias y los desamparos que ha vivido el pueblo argentino.
Recientemente fue detenido el general César Milani, jefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Fernández. ¿Por qué un gobierno que hizo tanto por los DDHH protegió a un personaje que hoy está preso por estar vinculado a la desaparición de personas y que ya en aquel momento se sospechaba de su papel durante la última dictadura?
Hoy posiblemente se pueda decir eso, pero ni el gobierno de Cristina ni ninguno de nosotros tuvo una actitud de protección hacia Milani. El 27 de julio del año 2013, días después de que el CELS le presentara al Senado y a Cristina las documentaciones que tenía en contra de Milani, yo por orden de Cristina lo llevé al juzgado de Piedrabuena y Tucumán para que se investigue. Miren el tiempo que ha pasado. No estábamos frente a un caso en el cual la prueba para la Justicia haya sido contundente, sino no hubieran tardado tanto para indagarlo y procesarlo. En su momento había un informe del CELS -de Eduardo Luis Duhalde- donde se informaba que no había prueba en contra de Milani y después lógicamente empezó a aparecer información que estaba en los Juzgados. Creo que también hay un déficit de la Justicia y si nosotros hubiéramos tenido en ese momento un sistema mucho más modernizado para tener la información completa, procesada y actualizada que ya existía en la Justicia, hubieran sido otras las circunstancias. Tardó casi 4 años en resolver la Justicia. No tengo necesidad de avalar a alguien que como jefe del Ejército hubiera tenido responsabilidades en ese momento. Cómo Cristina iba a tomar una medida de esa naturaleza, si fuimos un gobierno atravesado por las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.
Existen sectores conservadores que toman como bandera el caso Milani para criticar al kirchnerismo, ¿crees que esto mancha buena parte de lo que se hizo anteriormente en Derechos Humanos?
Esta pregunta se la podría hacer a Raúl Ricardo Alfonsín, que con el tiempo fue reconocido por la Historia como aquel que luchó por recuperar la democracia y como uno de los presidentes más democráticos a pesar de todo lo que pasó. Él tuvo como jefe del Ejército a alguien que luego fue preso por delitos de lesa humanidad. La pregunta es cómo uno resuelve con el diario del lunes los problemas del pasado. Creo que con Milani hubo buena fe, queremos que lo resuelva la Justicia. Es demostrativo de esa buena fe los dos primeros informes del CELS y de Eduardo Luis Duhalde. Si esto que digo no hubiera pasado, habrían sido los organismos de derechos humanos los más críticos. No se le puede exigir al Poder Ejecutivo lo que es materia excluyente del Poder Judicial, que es investigar y castigar.
